hoy he realizado un experimento muy interesante, me apetecia probar unos pimientos del peru que compre el otro día en un bote gigante y la verdad es que no son muy afortunados, asi que pensando como podía reconvertirlos para hacerlos más potables, me dije vuelve a tus tiempos de antes de rellenar pimenticos... dicho y hecho, pero un domingo por la mañana no hay mucho donde elegir en el frigo unas patas de potas descongeladas y en el cajon de las verduras unas cebollitas traidas del pueblo (gracias ana) y unos pimenticos de una vecina que es un sol asi que con un poco de ganas de probar me pongo a pochar cebollita y pimiento cortado finito, las cebollas eran pequeñas asi que tres y dos pimenticos no muy grandes, para mi sorpresa ligeramente picantes lo que les ha dado un punto interesante en la cocción, he cogido los tentaculillos que el otro día guardé y los he cortado finitos y los he puesto a cocinar con las verduritas y para darles un poco de sabor el secreto de la abuela y un poco de azafan, como hace tiempo que cocino sin sal no les he puesto pero vamos tambien puede tener su puntito para los que podais... sin más lo he dejado todo en la perola con la tapa puesta para que se hiciera lentamente a fuego medio.
He cogido una de mis últimas latas de tomate casero que me quedan, las guardo como oro en paño ya que no creo volver a conseguir más... es una pena, ya que adoraba a la persona que me las dió (un beso aun en esta distancia tan extraña) y la he dejado que se friera con un poquito de cebollita y... ¡tachan! una salsa de tomate maravillosa.
Con las verduritas y los tentaculillos de la pota he rellenado los pimientos (como os he dicho más bien vulgares) y los he puesto a templar en la salsita de tomate...........
un exito, mira con que poquico podemos alegrar una comida de domingo.
un besote